miércoles, 27 de agosto de 2008

Siempre salgo en tu busca


Hoy no es el día más feliz, no estoy en calma.
Algunas nubes negras nublan mis ojos.
Un viento frío azota mi piel y mi alma.
Duras palabras taladran mi espíritu y me congojo.

Pero sólo dura un instante este desasosiego que obnubila mi mente.
Tu mirada traspasa mi mirada, tu voz se une a mi callada voz.
Tu corazón palpita dando color a mi vida.
Tu espíritu brillante alumbra mi dulce corazón.

No hay puertas en mi casa, mi casa es el mundo.
Tampoco tiene amplias ventanas, ni un triste techo.
No tiene piso, ni muebles; solo soy un vagabundo.
Pero soy feliz, sólo pienso en ti, con dolor en mi pecho.

Siempre salgo en tu busca, aunque a veces no te hallo.
Te escondes y me vuelvo loco por encontrarte, mi amor.
Noches enteras te espero detrás de mi ventana con mi sayo.
Al fin te encontraré y entrarás en mí, mi Dios.

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