martes, 21 de diciembre de 2010

Feliz Navidad desde las Islas Canarias



Video de diferentes grabaciones en directo con villancicos populares navideños. Las dos primeras canciones, "¡Ay para Navidad!" y "Navidad Guanche" corresponden a Los Gofiones en el programa" La Trastienda". La  tercera, "Lo Divino", corresponde al mismo programa, de Los Sabandeños.
Autor del video: El Gofión.

Que el Niño Dios les llene de Paz, Felicidad y Amor.

Es día de pasarlo en familia, compartiendo la alegría del encuentro,
las añoranzas de momentos felices con familiares que ya no se encuentran con nosotros, o de otros que están lejos, pero muy cerca en nuestros corazones.
Damos gracias a Dios por la oportunidad de poder celebrarlo y compartir el amor con las personas que amamos un año más.

Agradezco a mis amigos blogueros que me han acompañado durante todo el año con mucho cariño. Especial recuerdo a aquellos que tienen por única compañera a la soledad y a los que están sufriendo alguna patología física o emocional, o marginación y desamor.
Un fuerte y afectuoso abrazo para todos.

Feliz Navidad


Merry Christmas


Glückliches Weihnachten

Boas Festas

God Jul

Noeliniz Ve Yeni

Bon nadal

Zorionak

Joyeux Noël

Bo Nadal

Shinnen omedeto

Kung His Hsin Nien bing Chu Shen Tan


Recomiendo ver el video de Los Sabandeños cantando el villancico


Lo Divino, con preciosas imágenes de las Islas Canarias.

http://grancanariacontinentenminiatura.blogspot.com/


También el video "Cantemos somos 7", famoso villancico acompañado con imágenes

de nuestras islas, referentes a su cultura, tradiciones, costumbres e historia de las mismas.

http://juananquintana.blogspot.com/2010/12/les-deseo-feliz-navidad-con-villancicos.html















































































































































































































































































































































































































































sábado, 18 de diciembre de 2010

Piedra milenaria, piedra ancestral



Piedra milenaria, acompañada de la soledad
observas el cielo de luz y de color con esmero
y las viejas y cálidas montañas, ilustres compañeras
que como las rocas han recorrido tu mismo sendero.

Piedra ancestral, te elevas enhiesta hacia el cielo
fuerte y esbelta en la frágil estructura del universo
te ves bella en el fascinante y mágico espejo del desierto
y navegas apacible en las suaves olas del tiempo.

Piedra milenaria, has sido atenta y lúcida viajera
testigo fiel del tiempo que ha dejado su huella en ti
por vientos y tempestades que removieron todo tu ser
y los llantos de luna que fueron minando tu existir.

Piedra milenaria, tú soportaste toda clase de dificultades
sufriste en tu alma triste y encogida las miserias sin fin
soportaste estoicamente la insensata acción del hombre
pero nada pudo alterar tu inquebrantable voluntad de vivir.

Vetusta piedra milenaria, admirada por todo el universo
eres fiel reflejo de su carácter y esencia infinitos
de constante y solidaria energía de la sabia creación
y de un promisorio futuro en paz y libre de peligros.

Yo quisiera ser como tú, admirada piedra prehistórica
conservar el aroma y la esencia que me regaló el Creador
continuar siempre con fe y determinación mi sendero
salvando las cordilleras y simas de la vida con pasión.

Yo quisiera ser como tú, con esperanza en el futuro:
todos somos Uno en nuestro denostado universo
y aportamos con fe cada pensamiento, palabra y acción
para pintar el planeta azul   en el más espléndido lienzo.



Texto: Juan Antonio Quintana
Foto: MABUT


lunes, 13 de diciembre de 2010

Es tiempo de amor, es tiempo de paz. Feliz Navidad


Éste es tiempo de amor, es tiempo de paz. Llenemos nuestras almas de sentimientos de armonía y felicidad. El camino es duro y largo, pero unidos en el amor y amistad será una senda agradable, y disfrutaremos cada paso que andemos. El gozo del aquí y el ahora será una bendición del Señor  para nosotros y para todos los que sonríen a nuestro lado. Formaremos una ola de buenos sentimientos que se extenderán por todo el mundo, pues es tiempo de amor, es tiempo de paz.





Your Song - Ellie Goulding

It's a little bit funny
This feeling inside.
I'm not one of those who can
Easily hide.

I don't have much money
But boy if I did
I'd buy a big house where
We both could live.

So excuse me forgetting
But these things I do.
See I've forgotten if
They're green or they're blue.

Anyway the thing is...
What I really mean...
Yours are the sweetest eyes
I've ever seen.

And you can tell everybody
This is your song.
It maybe quite simple but
Now that it's done
I hope you don't mind (x2)
That I put down in words
How wonderful life is
Now you're in the world.
If I was a sculptor
But then again no.
Or a girl who makes potions in
A travelling show.
I know it's not much but
It's the best I can do.
My gift is my song and
This one's for you.

Oh... (x10)

And you can tell everybody
This is your song.
It maybe quite simple but
Now that it's done
I hope you don't mind (x2)
That I put down in words
How wonderful life is
Now you're in the world.

*

 - Your Song - Ellie Goulding Traducida al Español

Es un poco gracioso este sentimiento,
Yo no soy de los que se ocultan fácilmente.
No tengo mucho dinero,
Pero chico si lo hiciera,
Me compraría una casa grande donde pudiéramos vivir.
Así que me disculpe el olvido,
Pero estas cosas que hago,
Mira, yo he olvidado si verde o azul.
De todas formas la cosa es lo que realmente significa,
Tus ojos son los ojos más dulces que he visto nunca.

Estribillo:
Y puedes decirle a todo el mundo,
Esta es su canción,
Puede ser muy simple, pero ahora que se hace
Espero que no me importa, espero que no me importa
Que pongo en palabras
¿Qué maravillosa es la vida ahora que estás en el mundo.

Si yo fuera un escultor,
Pero entonces usted no puede saber,
O una chica que hace pociones o un espectáculo itinerante.
Sé que no es mucho pero es lo mejor que puedo hacer,
Mi regalo es mi ...
Esto es para ti.

Estribillo:
Y puedes decirle a todo el mundo,
Esta es su canción,
Puede ser muy simple, pero ahora que se hace
Espero que no me importa, espero que no me importa
Que pongo en palabras
¿Qué maravillosa es la vida ahora que estás en el mundo.

*
Éste es tiempo de paz, es tiempo de amor
cantemos todos juntos
ésta bella canción.

*

Feliz Navidad

domingo, 12 de diciembre de 2010

Discurso de Vargas Llosa, Premio Nobel: "Elogio de la lectura y la ficción"

Mario Vargas Llosa pronunció su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura 2010 que le concedió la Academia sueca de Estocolmo, en el cual hace un recorrido desde que empezó a escribir las primeras historias hasta hoy día en el que recoge tan importante galardón. Cuenta la dificultad de llegar a ser conocido en muchos países del mundo como lo son muchos y buenísimos escritores anónimos, habló de su Perú natal y de España, que lo acogió con los brazos abiertos y que sin esa circunstancia dificilmente hubiera llegado hasta donde se encontraba ahora, y del agradecimiento emocionado a su esposa. También hace una disección de su evolución ideológica y una condena a las dictaduras de cualquier índole y a los fanatismos religioso e ideológico.
Su lectura es un regalo para los amantes de la literatura.




Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino, luchar junto a d’Artagnan, Athos, Portos y Aramís contra las intrigas que amenazan a la Reina en los tiempos del sinuoso Richelieu, o arrastrarme por las entrañas de París, convertido en Jean Valjean, con el cuerpo inerte de Marius a cuestas.
La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura. Mi madre me contó que las primeras cosas que escribí fueron continuaciones de las historias que leía pues me apenaba que se terminaran o quería enmendarles el final. Y acaso sea eso lo que me he pasado la vida haciendo sin saberlo: prolongando en el tiempo, mientras crecía, maduraba y envejecía, las historias que llenaron mi infancia de exaltación y de aventuras.
Me gustaría que mi madre estuviera aquí, ella que solía emocionarse y llorar leyendo los poemas de Amado Nervo y de Pablo Neruda, y también el abuelo Pedro, de gran nariz y calva reluciente, que celebraba mis versos, y el tío Lucho que tanto me animó a volcarme en cuerpo y alma a escribir aunque la literatura, en aquel tiempo y lugar, alimentara tan mal a sus cultores. Toda la vida he tenido a mi lado gentes así, que me querían y alentaban, y me contagiaban su fe cuando dudaba. Gracias a ellos y, sin duda, también, a mi terquedad y algo de suerte, he podido dedicar buena parte de mi tiempo a esta pasión, vicio y maravilla que es escribir, crear una vida paralela donde refugiarnos contra la adversidad, que vuelve natural lo extraordinario y extraordinario lo natural, disipa el caos, embellece lo feo, eterniza el instante y torna la muerte un espectáculo pasajero.
No era fácil escribir historias. Al volverse palabras, los proyectos se marchitaban en el papel y las ideas e imágenes desfallecían. ¿Cómo reanimarlos? Por fortuna, allí estaban los maestros para aprender de ellos y seguir su ejemplo. Flaubert me enseñó que el talento es una disciplina tenaz y una larga paciencia. Faulkner, que es la forma –la escritura y la estructura– lo que engrandece o empobrece los temas. Martorell, Cervantes, Dickens, Balzac, Tolstoi, Conrad, Thomas Mann, que el número y la ambición son tan importantes en una novela como la destreza estilística y la estrategia narrativa. Sartre, que las palabras son actos y que una novela, una obra de teatro, un ensayo, comprometidos con la actualidad y las mejores opciones, pueden cambiar el curso de la historia. Camus y Orwell, que una literatura desprovista de moral es inhumana y Malraux que el heroísmo y la épica cabían en la actualidad tanto como en el tiempo de los argonautas, la Odisea y la Ilíada.
Si convocara en este discurso a todos los escritores a los que debo algo o mucho sus sombras nos sumirían en la oscuridad. Son innumerables. Además de revelarme los secretos del oficio de contar, me hicieron explorar los abismos de lo humano, admirar sus hazañas y horrorizarme con sus desvaríos. Fueron los amigos más serviciales, los animadores de mi vocación, en cuyos libros descubrí que, aun en las peores circunstancias, hay esperanzas y que vale la pena vivir, aunque fuera sólo porque sin la vida no podríamos leer ni fantasear historias.
Algunas veces me pregunté si en países como el mío, con escasos lectores y tantos pobres, analfabetos e injusticias, donde la cultura era privilegio de tan pocos, escribir no era un lujo solipsista. Pero estas dudas nunca asfixiaron mi vocación y seguí siempre escribiendo, incluso en aquellos períodos en que los trabajos alimenticios absorbían casi todo mi tiempo. Creo que hice lo justo, pues, si para que la literatura florezca en una sociedad fuera requisito alcanzar primero la alta cultura, la libertad, la prosperidad y la justicia, ella no hubiera existido nunca. Por el contrario, gracias a la literatura, a las conciencias que formó, a los deseos y anhelos que inspiró, al desencanto de lo real con que volvemos del viaje a una bella fantasía, la civilización es ahora menos cruel que cuando los contadores de cuentos comenzaron a humanizar la vida con sus fábulas. Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos inquietos e insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría. Igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida. Quien busca en la ficción lo que no tiene, dice, sin necesidad de decirlo, ni siquiera saberlo, que la vida tal como es no nos basta para colmar nuestra sed de absoluto, fundamento de la condición humana, y que debería ser mejor. Inventamos las ficciones para poder vivir de alguna manera las muchas vidas que quisiéramos tener cuando apenas disponemos de una sola
Sin las ficciones seríamos menos conscientes de la importancia de la libertad para que la vida sea vivible y del infierno en que se convierte cuando es conculcada por un tirano, una ideología o una religión. Quienes dudan de que la literatura, además de sumirnos en el sueño de la belleza y la felicidad, nos alerta contra toda forma de opresión, pregúntense por qué todos los regímenes empeñados en controlar la conducta de los ciudadanos de la cuna a la tumba, la temen tanto que establecen sistemas de censura para reprimirla y vigilan con tanta suspicacia a los escritores independientes. Lo hacen porque saben el riesgo que corren dejando que la imaginación discurra por los libros, lo sediciosas que se vuelven las ficciones cuando el lector coteja la libertad que las hace posibles y que en ellas se ejerce, con el oscurantismo y el miedo que lo acechan en el mundo real. Lo quieran o no, lo sepan o no, los fabuladores, al inventar historias, propagan la insatisfacción, mostrando que el mundo está mal hecho, que la vida de la fantasía es más rica que la de la rutina cotidiana. Esa comprobación, si echa raíces en la sensibilidad y la conciencia, vuelve a los ciudadanos más difíciles de manipular, de aceptar las mentiras de quienes quisieran hacerles creer que, entre barrotes, inquisidores y carceleros viven más seguros y mejor.
La buena literatura tiende puentes entre gentes distintas y, haciéndonos gozar, sufrir o sorprendernos, nos une por debajo de las lenguas, creencias, usos, costumbres y prejuicios que nos separan. Cuando la gran ballena blanca sepulta al capitán Ahab en el mar, se encoge el corazón de los lectores idénticamente en Tokio, Lima o Tombuctú. Cuando Emma Bovary se traga el arsénico, Anna Karenina se arroja al tren y Julián Sorel sube al patíbulo, y cuando, en El Sur, el urbano doctor Juan Dahlmann sale de aquella pulpería de la pampa a enfrentarse al cuchillo de un matón, o advertimos que todos los pobladores de Comala, el pueblo de Pedro Páramo, están muertos, el estremecimiento es semejante en el lector que adora a Buda, Confucio, Cristo, Alá o es un agnóstico, vista saco y corbata, chilaba, kimono o bombachas. La literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad humana y eclipsa las fronteras que erigen entre hombres y mujeres la ignorancia, las ideologías, las religiones, los idiomas y la estupidez.
Como todas las épocas han tenido sus espantos, la nuestra es la de los fanáticos, la de los terroristas suicidas, antigua especie convencida de que matando se gana el paraíso, que la sangre de los inocentes lava las afrentas colectivas, corrige las injusticias e impone la verdad sobre las falsas creencias. Innumerables víctimas son inmoladas cada día en diversos lugares del mundo por quienes se sienten poseedores de verdades absolutas. Creíamos que, con el desplome de los imperios totalitarios, la convivencia, la paz, el pluralismo, los derechos humanos, se impondrían y el mundo dejaría atrás los holocaustos, genocidios, invasiones y guerras de exterminio. Nada de eso ha ocurrido. Nuevas formas de barbarie proliferan atizadas por el fanatismo y, con la multiplicación de armas de destrucción masiva, no se puede excluir que cualquier grupúsculo de enloquecidos redentores provoque un día un cataclismo nuclear. Hay que salirles al paso, enfrentarlos y derrotarlos. No son muchos, aunque el estruendo de sus crímenes retumbe por todo el planeta y nos abrumen de horror las pesadillas que provocan. No debemos dejarnos intimidar por quienes quisieran arrebatarnos la libertad que hemos ido conquistando en la larga hazaña de la civilización. Defendamos la democracia liberal, que, con todas sus limitaciones, sigue significando el pluralismo político, la convivencia, la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la crítica, la legalidad, las elecciones libres, la alternancia en el poder, todo aquello que nos ha ido sacando de la vida feral y acercándonos –aunque nunca llegaremos a alcanzarla– a la hermosa y perfecta vida que finge la literatura, aquella que sólo inventándola, escribiéndola y leyéndola podemos merecer. Enfrentándonos a los fanáticos homicidas defendemos nuestro derecho a soñar y a hacer nuestros sueños realidad.

Para leer el discurso completo:

http://estaticos.elmundo.es/documentos/2010/12/07/vargas_llosa.pdf

© FUNDACIÓN NOBEL 2010

viernes, 10 de diciembre de 2010

Liu Xiaobo, Premio Nobel de la Paz, lucha por las libertades

Liu Xiaobo, Premio Nobel de la Paz, lucha por las libertades.

El profesor, intelectual y disidente chino Liu Xiaobo, de 54 años, no pudo recoger el Premio Nobel de la Paz por estar cumpliendo una condena de 11 años en las cárceles de su país, al haber firmado la carta "08" en la que se exigían reformas democráticas. También fueron retenidos todos sus familiares y amigos con el objeto de que no pudieran presentarse en Oslo para recoger el premio en su nombre. Él había sido profesor en universidades americanas, pero regresó a su país para involucrarse en la lucha pacífica por la democracia. En 1989, siendo profesor de la Universidad Normal de Beijing, participó en la protesta contra el régimen chino a lo que el Gobierno contestó con una represión brutal en la Plaza de Tiananmen donde se cree que fueron asesinados unos 2000 estudiantes ( el Gobierno nunca ha declarado oficialmente el número de muertos). A partir de ese momento se recrudeció la represión encarcelando y presentando ante los jueces para desarrollar juicios sumarísimos a miles de disidentes, entre ellos estaba Liu Xiaobo que fue encarcelado durante un año.
Ojalá que a la larga, el movimiento por la defensa de la democracia y los firmantes de la "Carta 08" en China, no tarden tanto en lograr la democracia en su país como el movimiento disidente "Carta 77" en Checoslovaquia, que sólo disfrutó por poco tiempo la penosa y esperanzadora "Primavera de Praga. Ésta fue cortada de raíz por los tanques rusos, en 1978,  asesinando a decenas de estudiantes que luchaban por la libertad. Václac Havel fue el ideólogo de dicha carta, el cual después de la represión fue encarcelado, pero a pesar de ello, nunca abandonó la defensa de los derechos humanos y en 1989 fue elegido Presidente de la República.

Liu Xiaobo, defensor de las libertades
y de la esperanza de un gran pueblo
que lucha pacificamente por la consecución
de los sacrosantos derechos humanos.
Sagrada libertad digna de un pueblo milenario
poderoso en su economía y cultura
en su desarrollo y en su riqueza.
Pero la riqueza de un pueblo no sólo se mide
por el PIB, ni por el volumen de inversiones
ni por sus ególatras manifestaciones
tanto privadas como institucionales.
La riqueza de un pueblo se mide también
por la felicidad de sus gentes
por la libertad de expresión, de movimiento
de asociación y de pensamiento.
Hoy día en este mundo global
no se pueden poner puertas al campo
ni cerrojos a los cielos, ni a la información.
La libertad ideológica es esencial
pues cada persona es un mundo en sí mismo
a quien no se puede amordazar
ni encarcelar su cuerpo, ni sus ideas.
La defensa de los derechos humanos
debe ser universal, sin exclusiones
se defiende a los niños maltratados
a las mujeres que son asesinadas
bajo los sentimientos de amor, odio, locura
y a los pueblos oprimidos por acciones políticas
militares o de cualquier índole inhumana.
Hoy se premia a Liu Xiaobo como emblema
de la lucha por la libertad y los DD HH
en todos los países del planeta.
Todos debemos aunar nuestros esfuerzos
para que las libertades se vayan consiguiendo
no haciendo oídos sordos ante la opresión
de grupos de influencia, ante gobernanes prepotentes.
Todos somos importantes en esta vida
desde el más humilde niño o campesino
hasta el más poderoso acumulador de riqueza.
Hoy todos somos Liu Xiaobo
en la lucha por las libertades.

martes, 30 de noviembre de 2010

Marysol Salval: Escritora chilena


La poetisa Marysol Salval canta a la vida y al amor por medio de sus poemas. Ella vivió en Huaraz, en la sierra peruana, donde convivió con los indígenas, de ahí que conozca el alma de la gente de esa tierra.

Niña Andina

Eres niña, linda flor de los Andes
Te parió tu madre y así moría
Ya tu padre en guerrillas se envolvía
Quedaste sola en un mundo de grandes.

Te sientes miserable y olvidada
En el pueblo que tu angustia cobija
Del hambre y la pena crees ser la hija
Que nació mendiga, desamparada.

En tus ojos hay lágrimas oscuras
Negras perlas que cuentan de tu vida
De la angustia de calles sin salida
Una senda regada de amarguras.

Eres libre cuando ves las montañas
Y al cóndor que se eleva en las alturas
A la llama que corre en las llanuras
Y al guanaco escondido entre las cañas.

Entonces brilla el sol en tu mirada
Se iluminan las piedras del camino
Ya eres llama que pasta su destino
Ya eres cóndor al cielo liberada.

Eres huérfana andina, piel morena
Que aprendió a olvidar las noches malas
En la cima el viento canta en tus alas
Dulce arrullo que brota de la quena.

Dios te hará mujer bella, esplendorosa
Tus manos tejerán mejor futuro
Derribarás de la miseria el muro
Volarás alto, libre y orgullosa.

© - Marysol Salval

Foto: Tanyr35 (www.fotolog.com/tanyr35)

Marysol Salval se acerca al alma humana y describe sus penas, sus alegrías y sus emociones, y tiende puentes con la solidaridad, la compasión y el amor.


Si te dicen que he caído


Si te dicen que he caído

Como cae una piedra rodada en el río

Si te cuentan que hundida me vieron

Cubierta hasta el cuello en légamo frío

No me crucifiques como en Esquilino

Se crucificaba al criminal vencido.

No des vuelta el rostro sin oír primero

Que el tropiezo puede ser el yunque

Donde el golpe seco del padecimiento

Amalgame inclemente un cruel destino.

Si te dicen que he caído

Si tú has sabido que estoy en el fondo

Malaventurada, sedienta en la sombra

Bramando en la orilla como ciervo herido

No me des la espalda, no cierres los ojos

Como el despiadado que no ha concebido

Que el camino es largo y larga es la vida

Que no todo tiene el color de la espiga

A veces se oculta la luz de la aurora

Y te arrastra el fango tras una quimera.

Si te cuentan que hundida me vieron

Solitaria, perdida, sin rumbo alguno

Piénsalo un momento  tan sólo te pido

Y no me señales con dedo extendido.

Yo estoy de rodillas, sé que he caído

Pero quizás mañana desde la ignominia

Pueda levantarme con la frente erguida

Renacer del cieno que ahogó mi lumbre

Y preñada de luz frente al horizonte

Retome la huella que había perdido

Para empezar de nuevo

a andar el camino.



© - Marysol Salval
La poetisa María Soledad Salazar Valenzuela (literariamente conocida como Marysol Salval) nació en Villa Carlos Paz, Córdoba, República Argentina el 30 de  enero de 1960. Sus padres se trasladaron a Arequipa, Perú, cuando apenas contaba un año de vida. Con siete  acompañó a su familia a su nuevo hogar en la ciudad de Lima, donde vivió hasta hace quince años en que se mudó a la zona de Villarrica-Pucón, en La Araucanía, Chile. Cuenta con la  nacionalidad argentina por haber nacido allí, la española por su padre y la chilena por su madre. Publicó un libro de poemas junto con Juan Antonio Quintana en el 2004. Desde entonces no ha dejado de publicar en Comunidades literarias y en blogs numerosos poemas y textos en prosa. Tiene preparados dos libros de poemas para su publicación, uno de ellos de haikus y haigas. Varios poemas suyos han recorrido la red desde el primer momento como son "Si me ves cansada", "Quédate" y "Alzheimer"  entre otros.
Blogs de Marysol Salval:





lunes, 22 de noviembre de 2010

Nuevo terremoto. Me recuerda el de Chile y sus efectos psicológicos


Nuevo terremoto. Me recuerda el de Chile y sus efectos psicológicos.

Eran las 03.15 de la madrugada cuando de repente el edificio comenzó a temblar, primero con suavidad y luego poco a poco se fue incrementando la intensidad hasta llegar a ser horroroso, convirtiéndose en un terremoto de intensidad 9 en la escala de Richter . Me encontraba en un edificio de 20 pisos, con uno más de oficinas y otros tres de estacionamientos. Al momento recordé el pasado terremoto de Chile, el 27 de febrero de este año, cuando corrimos despavoridos hacia el jardín desde donde presenciamos sobrecogidos y atónitos cómo la casa se bamboleaba como si fuese de varillas de junco, o de coligües, y cómo los árboles bailaban al son de la silenciosa música y del ritmo que le proponía el terrorífico sismo, tanto tiempo que parecía que jamás iba a terminar. Pensábamos que aquél sería el último día de nuestra existencia, nos despedimos mentalmente de nuestros seres queridos que se encontraban alejados y pedimos a Dios por nosotros y por todos los que se encontraban en tan peligrosa situación. Pero el terremoto de hoy, en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, encontrándome en un edificio de unos 80 m de altura, con las mismas sacudidas en intensidad y tiempo, el sentimiento fue muy distinto, mucho más angustiados por la altura y el material de la construcción. Nos intentamos arrimar a las paredes que se resquebrajaban poco a poco, pero luego grité a mis hijos que nos pretegiéramos bajo el marco de la puerta de la vivienda. Pero de pronto se incendió la lámpara de la sala, y ésta era la única luz que nos permitía ver la dimensión exacta del efecto del terremoto que azotaba la ciudad. Intentamos apagarla, pero pronto percibimos que el incendio no se propagaría por la vivienda, por lo que decidimos dejarla para poder alumbrarnos. Miramos hacia el exterior y vimos cómo se movían los edificios próximos al nuestro, lo hacían como si fuesen de madera. Caían cascotes muy cerca de la gente que abandonaba a toda prisa la zona. Unos corrían a pie, otros se apresuraban alejándose en sus coches. El sismo no paraba, nos preguntábamos angustiados que cuánto tiempo más duraría. Apenas nos podíamos mantener erguidos de tan violentos que eran los temblores. Todo mi cuerpo bailaba a un ritmo frenético, no podía parar. Fue tanto lo que me movía que me desperté y me percaté que me encontraba durmiendo en un autobús que hacía el trayecto desde Santiago de Chile, por la Ruta 5 Sur o Panamericana, hasta La Araucanía. Los intensos movimientos que había sentido eran los producidos por las ruedas del vehículo al pasar por encima de las irregularidades de la carretera.



Este sueño me hace recordar el terrible terremoto que sufrimos en Chile, el 27 de febrero de 2010, y los efectos psicológicos que nos produjo y que quedarán en nuestro subconsciente el resto de nuestras vidas.

Autor: Juan Antonio Quintana

Foto tomada de Google


martes, 16 de noviembre de 2010

En el último mínuto ¡El gol de su vida! (Minirrelato)


El domingo se celebraba el partido más importante del año, el de rivalidad con el otro equipo de la ciudad. Todos estaban en tensión. Llegó la hora del encuentro, el estadio era un hervidero de gente. En el campo se respiraba un ambiente muy caldeado, muchas fricciones y decisiones polémicas del árbitro. Faltaban cinco minutos para terminar  y el resultado era de empate a cero. En ese momento el entrenador del equipo local hizo un cambio, dio entrada a Santiago que había estado soñando toda su vida con ese momento. Se encontraba muy excitado, como en una nube. En el último minuto se lanza un córner y Santiago se eleva sobre todos y conecta un certero cabezazo que entra por toda la escuadra. ¡Goooool! Sale corriendo a celebrarlo. Mira al cielo en acción de gracias. Entretanto, muchos jugadores corren locos de contento al centro del campo, celebrando también el gol. Entonces se da cuenta que sus compañeros se encuentran  cabizbajos y es el equipo contrario el que lo estaba celebrando. ¿Qué ha sucedido? Al fin se percató: ¡Había marcado el gol en propia puerta!

domingo, 31 de octubre de 2010

Centenario del nacimiento de Miguel Hernández

Centenario del nacimiento de Miguel Hernández

El mar también elige puertos donde reír como los marineros.
El mar de los que son. El mar también elige puertos donde morir.
Como los marineros. El mar de los que fueron.
Miguel Hernández

Miguel Hernández, pastor de cabras y poeta, nació en Orihuela, provincia de Murcia, España, el 30 de octubre de 1910, por lo que celebramos hoy el Centenario de su Nacimiento.
Compartió la Residencia de Estudiantes en Madrid con Pablo Neruda, Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Jorge Guillén, Pedro Salinas y Luis Cernuda; también se relacionó con otros escritores de la Generación del 27 como Rafael Alberti, Dámaso Alonso y Gerardo Diego, entre otros.
Cuando estalló la Guerra Civil en España, en 1936, Miguel Hernández se alistó para defender a la Republica y  la libertad. Fue hecho prisionero  por las fuerzas de Franco y falleció de tuberculosis en prisión en 1942, a los 31 años de edad.
Miguel Hernández dedicó a su amigo Ramón Sijé la más hermosa y conmovedora elegía jamás escrita sobre la muerte y la vida.
ELEGÍA

En Orihuela, su pueblo y el mío,
se me ha muerto como del rayo
Ramón Sijé, a quien tanto quería.

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
.
Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
.
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
.
.Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta
.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.
.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
.
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
.
A las aladas almas de las rosas
de almendro de nata te requiero:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.


(De su libro El rayo que no cesa)

10 de enero de 1936



De él escribió Vicente Aleixandre:
«Era puntual, con puntualidad que podríamos llamar del corazón. Quien lo necesitase a la hora del sufrimiento o de la tristeza, allí le encontraría, en el minuto justo. Silencioso entonces, daba bondad con compañía, y su palabra verdadera, a veces una sola, haría el clima fraterno, el aura entendedora, sobre la que la cabeza dolorosa podría reposar, respirar. Él, rudo de cuerpo, poseía la infinita delicadeza de los que tienen el alma no sólo vidente, sino benevolente. Su planta en la tierra no era la del árbol que da sombra y refresca. Porque su calidad humana podía más que todo su parentesco, tan hermoso con la Naturaleza.
Era confiado y no aguardaba daño. Creía en los hombres y esperaba en ellos. No se le apagó nunca, no, ni en el último momento, esa luz que por encima de todo, trágicamente, le hizo morir con los ojos abiertos.» (En La Obra Poética de Miguel Hernández, de José Antonio Serrano Segura)

Es interesantísimo leer en Orihuela Digital, Punto de Vista, Mi rincón oriolanao, que escribe Ramón Fernández Palmeral, escritor, poeta e investigador: Introducción a la elegía a Ramón Sijé, de Miguel Hernández). Lo recomiendo a los amantes de la Literatura y de la Historia.
http://www.orihueladigital.es/orihuela/puntos/ramon_fernandez_ramon_sije_201205.htm

Sangre que no se desborda,
juventud que no se atreve,
 ni es sangre, ni es juventud,
 ni relucen, ni florecen.

Miguel Hernández