El caballero se encontraba en su casa, ensimismado, pensando en su próximo viaje. Tenía prisa por llegar, pues María, su esposa, le esperaba. Se despidió de su nana que le deseó un feliz viaje. Tomó su coche y paró un momento para llamarla, pero no le contestó. Estaba emocionado pensando en el reencuentro. Luego se dirigió raudo hacia el aeropuerto, pero antes se desvió y enfiló hacia la montaña donde se despeñó para encontrarse con ella, que había fallecido una semana antes.
Juan Antonio Quintana
Foto tomada de la red
9 comentarios:
Una locura que sólo el amor es capaz de permitirla. Triste pero podría ser verdadera. Abrazos
Muy bueno amigo, bien logrado. Duro. Triste. pero claro, es un microrelato.
Cuando hay amor, no hay espacio para la cordura.
Abrazos,
♥
Repito lo que dice Catalina Zentner tan acertadamente.
Es doloroso pero plausible.
Un salud♥ con mis mejores deseos por tu bienestar.
Un rencuentro verdaderamente romántico...
... romántico hasta sus últimas consecuencias.
Cuando un amor penetra tanto en uno que no se distingue la sangre de quien es la que corre en venas, cuando todo toma senido por cuanto y como se siente hacia esa persona, no se puede uno imaginar de ninguna otra manera ya que no sea a su lado... sin preocuparse cual sea exactamente ese lado...
Impactante porque en un micro guardar tan gran historia es realmente magnifico.
Me alegro haber topado casualmente con tus escritos.
Siempre esencia.
El amor a veces te lleva a un viaje con un final inesperado...pero a veces necesario....
Romantico ...tu breve relato...
Besss
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