Hoy amaneció con el cielo encapotado. Hace fresco. Las luces de la calle aún están prendidas, pues se apagan automáticamente, cuando haya más claridad. Me visto y salgo a disfrutar del magnífico paisaje. Pronto empieza a lloviznar. Disfruto paseando bajo la lluvia. Observo el lago, de color plomizo. Todo es calma. Los queltehues aún duermen. ¿Tendrán miedo al frío? Mi pastor alemán, Drako, corretea, olisqueando aquí y allá, y jugando a la cogida con una mariposa.
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A las ocho recibo a Pepe, el señor que trabaja en la cañada, que es una parte del jardín que hemos transformado de un terreno baldío a un pequeño bosque con sus caminitos, lugares de descanso y meditación, y de un pequeño circuito para mantenernos en forma.
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Disfruto colaborando con Pepe en sus trabajos de jardinería.
Desayuno en familia y doy gracias a Dios por el magnífico día y por todo lo que nos ofrece.
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Más tarde viajo a la ciudad a comprar unos palos que se necesitan para los barandales que coloca el jardinero.
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Cuando llega del trabajo mi esposa, la invito tan contento para que vea cómo está quedando todo. Mientras ella se prepara para acompañarme, yo salgo tan feliz para dar los últimos toques, con el fin de que encuentre todo hermoso. En ese momento resbalo y caigo estrepitosamente al suelo. Se me dobló la rodilla y me produjo un terrible dolor. Era la izquierda, la que me ha dado tantos problemas desde mis lejanos tiempos de jugador de fútbol. Segundos después mi cabeza chocó de forma violenta contra una pared estucada.
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Gracias a que llevaba puesta una gorra de cuero que me protegía de la lluvia. Al mismo tiempo aminoró el terrible golpetazo en la coronilla, que a pesar de llevarla cubierta, me produjo un piquete por el que manaba abundante sangre.
Quedé dolorido en el suelo. Ante mis gritos de dolor llegaron a socorrerme.
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Una vez que me recuperé en el suelo, me pudieron ayudar a levantarme, quejándome principalmente de la rodilla. Me curaron de la herida en la cabeza, poniéndome un parche de gasa y esparadrapo, una vez desinfectada la herida con yodo, o algo similar.
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Después de recuperado, nos fuimosa a visitar el jardín. Dimos una vuelta por todos los lugares y recovecos de la cañada, felices de que todo fuera quedando según el diseño que habíamos proyectado. La cañada está integrada en un bosque de árboles nativos, que se extiende por un fundo que limita con nuestro condominio.
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Me encuentro sumamente contento porque me encuentro muy bien, puedo caminar, aunque un poco dolorido. Puedo disfrutar de la maravillosa melodía de la lluvia, del silencio del cielo y de la luminosa compañía del lago. Y de la inmensa paz de mi corazón.
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Alabado sea el Señor que, una vez más, envió a mi ángel protector para que me cuidara. Lo hace con tanto esmero que salgo airoso siempre de todas las situaciones complicadas.
La rosa también se encuentra feliz con la lluvia.
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La fresca lluvia
acaricia a la rosa
regalo otoñal.
Fotos: Juan Antonio
Fotos: Juan Antonio
18 comentarios:
Mi querido Juan Antonio,
Qué bueno que estés bien! Qué forma tan hermosa de contar algo que podría considerarse malo como todo lo contrario. Porque sí, tienes razón, tu ángel te salvó y eso es lo que cuenta. ¡Cuídate mucho! Y disfrutar tú y tu mujer de ese bello paisaje en el que colaboraís. Un fuerte abrazo
Juan Antonio, que susto con lo de la caida! Eres increible, jeje, luego de curado igual a ver tu jardín! Gracias a Dios no fue grave.
Me identifico contigo, pues mi pequeño jardincito es mi paraiso, y disfruto mucho manteniéndolo en forma , deshojándolo y admirando cada brotecito nuevo que me regala.
Ay, Juan Antonio, todo perdío importancia cuando te vi en suelo e imaginé que te había pasado algo muy grave. Por suerte no lo fue...Alabado sea el Señor que cuida de nosotros.
Besos y sigue disfrutando de la vida, de la naturaleza, de la paz y del amor.
que susto con una caída así, no??
menos mal que no pasó a mayores.......
que bonito cuándo cuentas tus historias cotidianas, es una forma de conocerte más!!!
gracias por compartir, querido amigo...
un abrazo para tí y tu esposa
Sabes hacer de cada circunstancia, una historia. Eres "tan rico" interiormente que ves el vaso lleno siempre. Y ello, te hace grande. Aceptar cada secuencia de la vida, se logra cuando la serenidad habita en uno.
Fue una nana leve. Un tropezón.
Unos mimos y mi energía desde Reiki para tu rodilla. Ahora mismo envio los símbolos sagrados para ella, justo en el chakra que corresponde de la misma.
Na mas té. Desde lo mejor de mi, para lo mejor de ti!!
Mi querido amigo:
que todo esté en orden.
Que camines ya sin dificultad.
Un mimo al alma para ti!!
Me alegro muchisimo de que no te haya ocurrido nada importante, por un momento creí que te hubieses roto algo de la rodilla, pero gracias a Dios pudiste seguir disfrutando de ese paisaje tan bonito que muestras en tu foto.
Un beso Juan
ME ALEGRO QUE SE ENCUENTRE MUY BIEN Y QUE ANDE, ANDANDO SU CAMINO.
BRINDO POR ELLO.
AGRADEZCO SU COMENTARIO RECIENTEMENTE PUBLICADO EN UNO DE MIS BLOGS.
LE ANIMO A PASAR POR
WWW.CUERPSOANOALMACALMA.BLOGSPOT.COM
Y RETIRAR EL REGALO DEJADO EN ÉL.
ADEMÁS DE VISITAR MIS OTROS BLOGS Y RETIRAR LO DEJADO EN ELLOS.
MUCHAS GRACIAS POR SUS PALABRAS, LA VERDAD QUE SÍ, CUANDO ESTA LEJOS TODO SE EXTRAÑA YO REGRESE, ESTUVE UNOS 4 AÑOS FUERA, PERO EXTRAÑE MUCHO Y CREÁME QUE TAMBIÉN LLORÉ A MARES...
CREÁME QUE QUIÉNES HEMOS MIGRADO SUFRIMOS!
UN ABRAZO
UAN ROSA
MI PAZ DEJO
MARYCARMEN
CUIDATE DE ESOS GOLPES JUAN, QUE TU ANGEL SIEMPRE TENGA SU MANO SOBRE TI Y TE SIGA PROTEGIENDO AMIGO...
UN ABRAZO MUY GRANDE!!!...
A veces nos cuesta creer que detrás nuestro hay un ángel que nos protege. Que te encuentres mejor y goza de ese maravilloso jardín.
Cariñosamente
Quien cae al tropezar con el suelo, con la ayuda del suelo se vuelve a levantar.
¡Ánimo! Ya me gustaría a mí caer por ese entorno y esos parajes tan maravillosos.
Memorias desde La Aldea, Enrique García Valencia.
Olá Juan!
Que dom maravilhoso que Deus lhe deu de escrever tão belas palavras.
Ainda bem que você está melhor agora.
Fico feliz de saber que seu anjo te amparou. Como Deus é bom! Como a natureza é perfeita.
Adorei a flor da foto.
Un abrazo
Karol
¡Pero seguro mi gran amigo!
¿Cómo no vas a tener un ejército de ángeles y querubines?(uno solo es muy poco para vos) si sos un tipo fenomenal,con una onda increíble y esa forma de contar tu caída ¡como si fuese lo mejor que te pasó en la vida!.
me encantó tu hermosa foto,esa flor es el compendio de tu alma.
¡Cuidate y mucho!
Que vales un montón.
Desde Argentina un gran abrazo.
Mónica.
No sabes cuanto me alegro de haberte leido hoy....no sabes cuanto....
Un abrazo
Mariella
Cuando lo que duele es la rodilla y un poquito la cabeza se puede seguir disfrutando del día,lo único que estropea un día,incluso una vida,es la negrura,la amargura en el alma y ésa la tienes en plena forma.
De todas maneras,doy gracias al cielo porque te haya otorgado un Ángel de la Guarda tan trabajador,mira que le das qué hacer ! Una sonrisa para tí
Un beso
Ayyy, Juan, menudo susto me has dado! Gracias a Dios, realmente, porque te encuentres bien. Tu Ángel de la Guarda vela bien por ti.
Mi otoño está algo veraniego aún en Mendoza. Yo lo prefiero así, jeje.
Cuidate.
BACI, STEKI.
Que bueno que no pasó a mas!
El relato es maravilloso, me llevó a sentir esa frescura del invierno, lo bello esos días grises llenos de nostalgia y recuerdos de los días que ya se fueron.
Las fotos son maravillosas, me encantan.
Mientras Leia deseaba con todo mi corazón caminar por esa calle mojada.
Un gran, gran abrazo amigo y que te sientas mejor.
Hoy por primera vez he entrado en su blog,me alegro de ello, porque no siempre se encuentra a alguien tan sencillo y vitalista.Le deseo lo mejor y que lo disfrute en compañia de los suyos,un saludo de A.Dulac
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