lunes, 25 de abril de 2011

El libro: Más que un amigo


Los libros siempre nos deparan sorpresas, la mayoría de las veces muy agradables. ¿Quién no ha leído un libro del cual se quedó prendado y no lo soltó hasta terminarlo? Novelas como Cien años de soledad, Los pilares de la tierra o Pantaleón y las visitadoras, entre muchos otros son libros atrayentes, con una trama que se enraizaba en nuestro cerebro y que no se desprendía hasta el final, momento en que podíamos respirar.

Luego tenemos otras clases de libros sobre viajes, con los cuales recorrimos medio mundo, conociendo nuevas culturas, razas, gastronomía, lenguas y costumbres, unas más exóticas y excitantes que otras.

Los de poesía como los de Bécquer, Walt Whitman o Neruda nos hicieron disfrutar de la esencia de la vida, manifestada en poemas románticos, sociales o amorosos.

Y así podríamos hablar de libros filosóficos, esotéricos, espirituales, religiosos, biográficos, etc. que nos enriquecieron y nos permitieron conocer otros mundos de la cultura, ignotos para nosotros hasta ese momento.

No obstante, el libro que me encantó últimamente fue "Cómo hacer amigos e influir en las personas", de Dale Carnegie, el cual se puede descargar gratuitamente de la red.

Les puedo manifestar que si lo hubiese leído antes, me hubiese evitado muchos disgustos por carecer del suficiente tacto para relacionarme con los demás. Lo mismo les sucedió a Abraham Lincoln y a Benjamín Franklin que de jóvenes no se controlaban y creaban conflictos con otra gente. Sin embargo, cuando se percataron del error que suponía tratrarlos así, se hicieron tan diplomátcos que tuvieron mucho éxito en sus respectivas carreras políticas.

Este libro me sorprendió, pues en unas pocas páginas  nos proporciona  reglas para mejorar la convivencia interpersonal realmente valiosas. No es que sean normas de conducta de otro planeta, pero nos las recuerda y nos explica  la importancia de su uso. La regla número 1 es: No critique, no condene, ni se queje.

¿Somos de las personas que nos encontramos constantemente quejándonos o criticando a familiares, amigos o empleados? Si sabemos que a nosotros no nos gusta que nos estén llamando asiduamente la atención, ni reprimiéndonos, ni tratándonos mal, ¿cómo vamos a actuar así con los otros?

A la gente le molesta que les hagan notar sus fallos. ¿Por qué en vez de hacer eso no les tratamos con consideración? Resaltar sus virtudes y habilidades. Podríamos ponernos en su lugar para tratar de comprenderlos, escucharlos atentamente, con un sincero interés antes de hablar nosotros, siempre en primera persona: Yo... Yo...  Yo...

Al final, podríamos conseguir nuestro propósito sin hacerlos sentir mal,  ni recalcando sus errores, ni imponiendo nuestras órdenes.

Estas y otras sencillas reglas podrían mejorar las relaciones entre padres e hijos, entre los cónyuges, entre patronos y empleados...

Nuestra felicidad, nuestro prestigio y nuestro valor dependen de nuestras destrezas en comunicarnos con los demás.

Foto: Tomada de la red

domingo, 17 de abril de 2011

¿Cuál es el secreto de la Ley de Atracción?





Mucha gente conoce La Ley de Atracción y ha leído el libro El Secreto. En él, distinguidos e importantes personalidades mundiales, que consiguieron todo lo que se propusieron aplicando dicha ley, nos explican cómo lo hicieron.




Todo lo que pensamos, hablamos y hacemos es lo que conseguimos que sea nuestra vida, esta es la Ley de Atracción. Al mismo tiempo, nuestra mente es muy poderosa y consigue todo lo que se propone. Un chico le comentó a Lincoln que quería ser abogado y éste le dijo: Para conseguirlo, léete los libros y estúdialos, estúdialos, estúdialos. Entiendo que no sólo tenía que mentalizarse en ser abogado, sino tenía que poner toda su mente y toda su energía en conseguirlo.




Algunas personas se lamentan de que esta ley no les funciona y que no saben el motivo. Y definitivamente dejan de practicarla.




Si nosotros queremos conseguir algo debemos ser perseverantes, tener muy claro lo que queremos (a veces pedimos algo y realmente no estamos seguros, o cambiamos cada dos días). Debemos mentalizarnos y visualizar que ya hemos conseguido lo que pedímos y nos sentimos emocionados, alegres de ello.




Podemos trabajar la Ley de Atracción con pequeños ejercicios de la vida diaria, de esta forma iremos practicando y consiguiendo mentalizarnos del verdadero poder de nuestra mente en conjunción con la energía universal.

lunes, 11 de abril de 2011

Cómo conseguir tus objetivos con El Secreto y la Ley de Atracción

Cómo conseguir tus objetivos con El Secreto y la Ley de Atracción

 Todos conocemos que nuestra mente es una herramienta muy poderosa y que si sabemos utilizarla convenientemente, podremos crecer en todos los sentidos.

Tenemos conocimiento del poder de la mente y hemos leído el Secreto, pero nos olvidamos de llevar a cabo sus enseñanzas. Nos quejamos de la salud, de nuestra felicidad, de la carencia de trabajo, de los problemas de convivencia, de nuestra escasez de dinero... De esta forma siempre vivimos en la mediocridad, en el desánimo, en el vagar por este mundo sin metas difinidas.

Conocemos la ley de atracción y la importancia de tener pensamientos positivos para conseguir llevar a cabo nuestros proyectos.

Todo nos va mejor con los pensamientos positivos, con el inmenso poder de la mente. Podemos conseguir nuestros objetivos con la convicción de que todas las fuerzas de la Naturaleza se confabulan para que tengamos toda clase de bendiciones, la mejor salud, la cantidad de dinero que necesitamos, y el tipo de convivencia que queremos que haya en la familia, en el trabajo, en la sociedad.

No pierdas el tiempo en quejarte. Utilízalo para sanar y para mejorar todos los aspectos de tu vida. Da gracias a Dios por todo lo que recibes. Por todo lo que posees. Por la familia, por los amigos, por la maravillosa Naturaleza que compartimos.

Si sigues las enseñanzas del libro El Secreto y usas para tus propósitos la ley de atracción, dará un gran vuelco tu vida, pues lograrás todos los objetivos que te planteas.


Foto Google
Autor: Sollihoegda

lunes, 4 de abril de 2011

Con amor el camino se hace más llano para todos


Cierto día a una señora, que había pasado años sirviendo el almuerzo a los hombres de su casa, se le ocurrió servirles heno. Al cabo de un rato llegaron ellos con el acostumbrado jolgorio y quedaron estupefactos al observar lo que había en sus platos, y no la acostumbrada y exquisita comida que su esposa y madre les preparaba.

Se miraron unos a los otros sin pronunciar ni una palabra, no sabían qué decir. Pensaban que ella se había vuelto demente. Sería muy extraño eso, pues por la mañana les había preparado el opíparo desayuno antes de marchar al duro trabajo.

Por fin dirigieron sus miradas a la señora que se encontraba en medio de la estancia con los brazos en jarras, la cual les miraba tranquilamente esperando su reacción. Al fin inquirieron:

-¿Este es nuestro almuerzo de hoy? Esto comen los animales.

A lo que ella respondió:

Llevo más de veinte años sirviéndoles y nunca me dijeron nada, por lo que creí que ni se darían cuenta.

Avergonzados bajaron la cabeza y se dirigieron a ella abrazándola y besándola en señal de arrepentimiento por no haber sido considerados con ella durante tanto tiempo.

A ella lo hubiera encantado que le dijeran que les gustaba la comida, y que le agradecieran por haberles servido.

¿Cuántas veces pasamos sin agradecer por lo que nos hacen, no pedimos las cosas por favor, ni nos disculpamos por una ofensa que hayamos inferido a alguien?

Siempre es tiempo de cambio, debemos tratar bien a nuestros familiares,  amigos, vecinos y empleados. Son seres humanos que necesitan de tu aprecio y consideración para vivir una existencia en paz, con tranquilidad y amor. Conseguirás más de ellos tratándolos con amor que  con desconsideración y desprecio.

En vez de criticar a la gente, intentemos comprenderla, pues ésta está ávida de aliento y no que la hundamos con nuestros reproches.

Foto de Google